Este es un consejo para aquellos que o bien estrenan muebles y no saben cómo cuidarlos o bien no quieren estropear los que tienen por ser muy antiguos de herencia o simplemente porque son muy cuidadosos.
Surge el problema de que limpiarlos con un trapo seco cuando están sucios es como mover el polvo de un sitio a otro (lo que para los alérgicos al polvo o asmáticos no es nada recomendable) y si utilizamos cualquier espray limpia-polvo directamente sobre ellos, a la larga se va creando una película que queda pegada sobre ellos y la acumulación del polvo sobre la misma contribuye generosamente a verlos con el tiempo deslucidos, más sucios cada vez y sin brillo.
Si intentamos frotar con energía sobre esa pátina ya formada, lo único que conseguiremos es estropear el mueble al levantar parte del barniz que con el tiempo va perdiendo fulgor.
Solución: rociad el espray directamente en el paño (que debe ser con el suficiente grosor de pelo fino para que no se empape de producto) y sacudirlo varias veces. De esta manera conseguiréis que tenga cierta dosis de humedad para atrapar el polvo, que no empape el mueble y que no tengáis que pasar tantas veces el paño, dado que la limpieza será más duradera por lo que trabajareis la mitad.